Ciudad.
Ando por la ciudad a paso lento. Siempre camino observando lo que hay en lo alto, casi en puntitas de pie, medio danzando algún jazz que me suena por los auriculares, medio flotando, y me dejo perder en el encanto del paisaje.
La arquitectura más antigua se mezcla con la modernísima. Y los árboles. Muchos árboles. Cuántos árboles.
Camino por un pasto, siempre descalza. Más siento que floto. Más respiro.
Y la ciudad me da eso, una extraña sensación de libertad entre tanto tanto delirio.
Comentarios
Publicar un comentario