Náusea.

Hay algunas (pocas) situaciones que me causan náuseas. Pero de esas náuseas que no pueden siquiera concebirse, de tan terribles que resultan. 
Son náuseas tan nauseabundas que impresionarían a quien me viera tenerlas; estoy muy segura de que le daría tanto asco como a mí, o incluso tal vez más.
Pero hay una en particular, una, que es de las que más repugnancia me dan: la hipocresía en el amor.

Es algo que me sucede muy instantáneamente - y no puedo explicar por qué - cuando la veo de frente y bien clara. Y es así como acontece esta experiencia: toda sensación amorosa que podía estar sintiendo previamente a verla, se desplaza en una especie de rapto repugnante desde mi centro hacia mi estómago, para transformarse rápidamente en la náusea más repulsiva que alguna vez haya sentido. 
Ya alojada en mi estómago, la náusea llega a su pico más desagradable de todos. Tan desagradable es, que se vuelve incontrolable dentro de mi cuerpo, y es en ese preciso momento cuando se convierte finalmente en vómito, siendo expulsado inexorablemente de él.

A veces pienso que quisiera vomitar conejitos, como en aquel cuento, y que todo el proceso transcurra de forma más simple, a pesar de que luego esas bolitas tan suaves y tiernas resulten en una irremediable catástrofe. Y creo preferir esa catástrofe catastrófica antes que la repulsión más intolerable de todas. 

La realidad es que no sé por qué me sucede así. Pero lo que sí sé, es que cuando una ama, se entrega toda aunque el barro llegue a las rodillas y en el fondo hayan truenos.
Y yo soy de esas, a la que el barro y los truenos no le significan un dilema, porque desea, siempre, lo más real.
El problema está - algunas veces, y en este o estos casos en particular - en quienes se ama, o se amó: aún sabiendo de mi condición de verdadera, este o estos seres, despojados de toda amabilidad para consigo mismos y para con el resto, se dignan a ser manipulados (o manipular, lo cual resulta aún más terrible e incluso penoso) por la hipocresía más absoluta. 

¡Y con cuántas sensaciones de asco me he topado últimamente al ver, en reiteradas ocasiones, esta conducta tan absurda en algunas personas que se hacen llamar Amantes!

Pero ésto es algo en lo que, hoy, me considero extrañamente afortunada, aunque deba atravesar lo impresionante: y es que me permite resolver algunas cuestiones dolorosas del desamor en el tiempo que dura apenas una náusea desencadenada en vómito.

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01.01.2021