Hoy.

Martes, 7 de Abril. 16:13.

Y nuevamente, como cada día, el patio es el refugio en el que no quisiera refugiarme.

Camino en círculos. 

Entro a la casa, voy a mí habitación. Observo la cama. Recordé que anoche había soñado feo. 
Sobre el acolchado beige que la recubre, se encuentran mi libro y mi cuaderno.
Ella, el otro refugio en el que tamoco quisiera refugiarme hoy.

Doy media vuelta. Voy al baño. No sé a qué. Me miro al espejo. 
No veo nada. 

Salgo al patio, en dirección a la cocina. El sol entra por la ventana, haciendo que todo adentro se vuelva de color dorado brillante. 
Hay una escena: mi prima haciendo la tarea, mi abuela preparándose un mate, las dos sentadas en la mesa. 
Me quedo parada en la puerta. Esta vez no sonrío al ver tan armoniosa imagen.

Salgo de nuevo. 
Auriculares puestos, suenan canciones grises y azules.
Está fresco. Hay viento, y me alborota los rulos, ahora largos hasta los hombros, y me los lanza sobre los ojos. Eso me gusta, están suaves y tienen aroma a flores dulces y almendras.

Mi prima me pregunta desde adentro, por qué uso bufanda y saquito de lana. Para ella no hace tanto frío, de hecho, sólo tiene puesta una remera. Nada de abrigo. Le respondo con una mueca, sin palabras.

Miro a mi alrededor. Todo tan gris, el sol se había escondido.

Veo la puerta de calle y me abalanzo sobre ella, sumida en una inercia. La abro y salgo a la vereda.

Nadie.

Camino hacia la calle y me sitúo bien en el medio. Veo el camino vacío, nadie lo transita.
Quietud que inquieta.

Un perro camina por la vereda. Observo. Roza su ocico con el de Dora. La llamo, viene corriendo y se queda junto a mí.

Sigo parada en el medio de la calle, unos minutos más, con la mirada perdida en la nada. Mirada que no sabe qué está viendo. Sólo siento, aunque tampoco sabría qué.

Tal vez esté comenzando a sentir el peso de la existencia sin su necesario movimiento. Tal vez esté extrañando a alguien, aunque tenga muy en claro que rara vez extraño en verdad. O quizás sea el anhelo de sentir al fin la libertad en el cuerpo. 
O será este estúpido deseo de hacerme bolita en brazos ajenos.

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01.01.2021