Una casa al lado del mar.
Y el aire fresco, cargado de sal
El despertar pacífico en las mañanas tempranas
con el Sol iluminando de lleno cada parte de la habitación
Y el piso del comedor colmado de arena
arrastrada por el viento desde el mar
a escondidas durante la noche
Preparar el desayuno bailando lento y en puntitas de pie
alguna canción con la que al cuerpo le gusta desperezar
Y la casa ya tiene todas las ventanas y puertas abiertas
y el sahumerio sobre la mesa
El despertar pacífico en las mañanas tempranas
con el Sol iluminando de lleno cada parte de la habitación
Y el piso del comedor colmado de arena
arrastrada por el viento desde el mar
a escondidas durante la noche
Preparar el desayuno bailando lento y en puntitas de pie
alguna canción con la que al cuerpo le gusta desperezar
Y la casa ya tiene todas las ventanas y puertas abiertas
y el sahumerio sobre la mesa
Una liviandad que se ancla en cada instante que se respira
y caer en la cuenta de que no hay ayer
tampoco mañana
y que el tiempo es una teoría absurda al sospechar que quizás
en el encuentro de nuestras miradas
se halle una suerte de eternidad
Y el aire estaba cargado de sal
El despertar era pacífico en las mañanas tempranas
Y el piso del comedor había sido colmado de arena
Y aquella casa tuvo las ventanas y puertas abiertas
y el sahumerio
sobre la mesa.
amé.
ResponderBorrarY yo a vos 💜
Borrar