"Feo día".

Y qué con las tardes lluviosas
"¡Qué día tan feo!", escucho a alguien exclamando por ahí
Pero no entiendo, señora. ¿Por qué lo cataloga como "feo"? 
Y me siento sobre el almohadón, en el piso
Frente a mí, mi cuaderno y mi mesita-cajón de madera
A mi derecha, la taza marrón con café y una fluorita
Desde arriba escucho que se desprende una música:
el sutil impacto de infinitas gotas sobre el techo
Alzo la mirada y me encuentro con un cielo enteramente gris
lo veo a través de la ventana y cortinas blancas
y una luz tenue que entra como reflejo e ilumina pálidamente la habitación
Veo el pasto mojado, y su aroma que emana verde
y aquel árbol, cuyas ramas danzan sincrónicamente lento con el viento
Más acá, los dedos de mis pies tan fríos
pero mis manos y pecho tan tibios
Y me quedo observando, reposando en un vaivén de pensamientos
que pasan por adentro como si fuesen simplemente ajenos
Una escena hipnótica, y el tiempo que se detiene plácidamente en el presente
Las emociones endulzan la soledad que ahora sólo significa calma
una calma que enciende un extenso amor sin ninguna pretensión
Y el café sigue caliente en la taza marrón
los pajaritos siguen cantando a pesar del frío
y la lluvia con su manto sanando las profundas quemaduras sobre la piel de la Tierra
Y entonces no entiendo señora, no entiendo
cómo es posible que catalogue a este día como "feo".


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01.01.2021